Proponemos la eliminación de los diputados plurinominales y una nueva redistritación que abandone el modelo de compensación electoral para adoptar un esquema de representación social y vocacional. El número de distritos federales debe aumentar a 600, permitiendo una mejor representación de todas las regiones del país.

Es fundamental permitir la formación de coaliciones de diputaciones independientes y exigir que todos los diputados rindan un informe trimestral a sus electores. Además, sus decisiones deberán alinearse con la voluntad de la mayoría a la que representan, mediante un sistema certificado de encuestas, garantizando así que los legisladores respondan a la ciudadanía y no a los partidos que los postularon.

Asimismo, proponemos la eliminación de la lista nacional de senadores, asegurando que todos sean elegidos por votación directa. También planteamos que el Senado y las legislaturas locales tengan la facultad de autorizar los acuerdos de gasto fiscal federal, permitiendo que los estados con superávit definan primero sus propios presupuestos y decidan si subsidian a los estados deficitarios.

Finalmente, proponemos eliminar el financiamiento público a los partidos políticos y establecer una estricta regulación en los modelos de campaña para impedir prácticas indebidas.